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miércoles, 27 de noviembre de 2013

El maravilloso mundo de las aplicaciones en Facebook

Hoy toca barrer un poco para casa pero también de hablar de algo que da mucho juego y que lleva cierto tiempo aportando nuevas posibilidades a las páginas de fans en Facebook: las aplicaciones. Por definición: una aplicación es un programa informático que se utiliza como herramienta para una operación o tarea específica. No me enrollaré con terminología técnica. Tampoco divagaré sobre tal o cual lenguaje de programación (porque, así entre nosotros, ¿para qué?). Cuando en 2011 la empresa de Zuckerberg cambió por completo el diseño de las páginas corporativas se abrió un nuevo abanico de posibilidades para los desarrolladores: las empresas podían personalizar las mismas incluyendo hasta 12 TABs diferentes (aunque sólo 4 son visibles, y una de ellas obligatoriamente es la de fotografías, por lo que hay que desplegar el menú para poder verlas todas: a ver si nos vamos acostumbrando), y desde cada una de ellas podían enlazar a una aplicación diferente (algo que servía, entre otras cosas, para que los usuarios no se vieran obligados a dejar Facebook para poder disfrutar de determinadas opciones). Sólo por cuestiones de autobombo usaré el ejemplo en la página de Fiat


La Fan Page de Fiat con las diversas pestañas desplegadas

Hay aplicaciones para todos los gustos. Desde las más básicas (¿quién no ha visto el típico formulario de contacto (en nuestro caso desarrollamos una versión propia con algunas funcionalidades más que denominamos "Atención al Fan")?), pasando por las ya habituales aplicaciones de concursos (por cierto, recomiendo probar Contest O'Matik: más que interesante opción, ya que también puede emplearse para la generación de encuestas), los juegos (tan denostados por algunos como amados por otros) o las más recientes vinculadas al comercio electrónico: todas tienen algo en común: aprovechar más el potencial de una página de Facebook (ya sea para vender, para generar engagement, para incrementar las interacciones o para hacer crecer el número de fans, porque no olvidemos que cuando desarrollamos un programa para Facebook, éste puede interactuar, no sólo con el usuario que lo autoriza, sino también con sus amigos: una aplicación puede escribir en el muro de un usuario o enviar invitaciones y mensajes a sus conocidos. Es fácil ver las capacidades de estos programas en muchos ámbitos. Y, por supuesto, también sus contras (habida cuenta de que, cada vez más, aunque tal vez no lo suficiente, nos preocupamos de nuestra privacidad en los medios sociales)).

Todo se puede conseguir usando aplicaciones: vincular un blog corporativo o integrar un perfil de Slideshare, transformar una página en tableros de Pinterest o permitir la visualización de un canal de YouTube o el TimeLine de una cuenta de Twitter. Y cuando digo todo, digo todo. Por ejemplo: se pueden vender coches (literalmente): desarrollamos una aplicación que permitía visualizar el catálogo de algunas de las marcas de automoción que gestionamos y que, a su vez, estaba conectada con el CRM del cliente: de este modo, cuando un usuario se registraba en la aplicación solicitando una oferta comercial se podía trazar su interacción completa durante todo el proceso y determinar si culminaba en la adquisición de un vehículo: tan simple como efectivo (ahora que no me digan que no se puede calcular el ROI en social media).

Landing page de la página de producto de Alfa Romeo

Pero también podemos desarrollar aplicaciones mixtas, que por un lado inviten a viralizar pero que por otro no olviden fomentar la compra o promocionar determinados artículos. He traído como ejemplo la última creación de The Blog TV, una aplicación personalizable (es decir, la base de programación es única, pero se puede customizar el diseño adaptándolo a la imagen de cada empresa concreta) denominada WishList que permite a los usuarios crear sus propias listas de regalos (en base a una serie de productos predeterminados por cada marca) y compartir sus "carta a los Reyes" con sus amigos dentro de la red social (ya puestos a jugar al "amigo invisible" que al menos nos den pistas, ¿no?).


En resumen, que se me pasan los dos minutos: si quieres una buena página en Facebook, pon una aplicación en tu vida. Y, llegado el momento de hacerlo, ¡no dejes de consultar a los profesionales!

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