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domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Me echáis una mano?

Hace algo más de un año me propuse llevar a cabo un pequeño experimento: aunque hacía ya cierto tiempo que me esforzaba labrándome una cierta reputación profesional (como unos 15 años o así) y ya contaba con que tenía clara la necesidad (no como algo impetuoso, pero sí como algo ineludible) de empezar a trabajar en mi "Marca Personal" desde que asistí, allá por 2011, a “Personal Branding. Primer encuentro de Gestión de la Marca Personal para directivos y ejecutivos” (dónde disfruté de interesantes charlas de Mónica Deza, Juan Ramón Plana, Ícaro Moyano, Andrés Pérez Ortega (pionero en eso del "personal branding"), José Manuel Casado o Ramón Pradera entre otros), no fue hasta que terminé el Programa Superior en Digital Business en The Valley (¡cuánto aprendí, confieso!) cuando "me puse las pilas" (pero de verdad) y tomé la firma decisión de ponerme "manos a la obra".

Durante estos meses he puesto en práctica todo lo leído (la cantidad de documentación disponible al respecto de forma gratuita es extensa: os recomiendo navegar un poco) y todo lo escuchado (asistiendo a charlas de auténticos cracks del tema, como Víctor Sánchez del Real). He abordado la tarea con rigor, con cierta constancia (bueno, asumiendo mis limitaciones relativas a una escasa fuerza de voluntad y una enorme carga de trabajo) y, sobre todo, con mucha ilusión. Y ha llegado el momento de hacer balance: y si es positivo, lo que espero de corazón, compartir los caminos recorridos (partiendo de la base de que no soy ni experto ni gurú) esperando que puedan ser de (alguna) utilidad para otros (pudiera darse el caso, ¿por qué no?).

El caso es que, para terminar (y no contar sólo con los datos meramente numéricos asociados a mis perfiles o con opiniones personales, más o menos útiles según para quién) quería que me ayudarais cumplimentando esta brevísima encuesta (Pulsa aquí para contestar una encuesta): recordad que se trata de un experimento: no me importa que seáis crueles, pero sí necesito que seáis sinceros.




Evidentemente el resultado de la encuesta estará ya corrupto (caramba: ¡lo estoy pidiendo yo, y os lo estoy pidiendo a vosotros, que ya me leéis en mi blog (y, por ende, me conocéis en mayor o menor medida)!), por lo que para evitar ese efecto de sesgo en los resultados finales sería de agradecer que compartierais la encuesta para conocer el alcance real del trabajo desarrollado en la creación de mi marca (aunque sea poco: al menos sabré todo lo que me queda por hacer).

Y ahora: a esperar...

jueves, 26 de septiembre de 2013

Marketing de ¿Precisión?

Tuve la gran suerte de acudir el martes (a ratos, confieso) al evento organizado por Marketing Directo y Axesor "Nuevos Enfoques para el Marketing de Precisión", más conocido en Twitter como #MKPrecision (por cierto, brillante el impacto del evento en esta red social: si miráis bien me encontraréis en el artículo de MKDirecto al respecto: aporté mi granito de arena).


Lo cierto es que lo pasé bien, sobre todo porque abordaba temas que me resultan de gran interés y ahondaba en el concepto de humanismo en el desarrollo del profesional digital que tan arraigado tengo y tanto defiendo.

Aunque es evidente (para mí modesto punto de vista) que la estrella del acto fue Leticia Menéndez, de Telepizza, no menos destacables fueron las actuaciones de Carlos Castillo, responsable de CRM de L'Oreal o de Miguel Cruz (que a mí personalmente me gustó, y mucho: sobre todo esa brillante frase "El cliente es el centro de la gestión empresarial"), Director de Clientes de Reale Seguros, entre otros ponentes. Me dejó algo indiferente la presentación de Pilar Sandoval, lo confieso, por su enfoque, quizás algo denso (o tal vez por la hora y las prisas).

Como se han publicado ya a estas alturas diversos posts y resúmenes del acto, yo me voy a centrar en lo que yo saqué en claro del mismo: que vamos por el buen camino, pero queda mucho por hacer aún.



Evidente que las conexiones entre el CRM y los medios sociales, pero no como fin sino como herramienta, y lo que aporta en la captación de datos comportamentales de los usuarios, y también en términos de localización geográfica empieza a ser clave (siempre y cuando contemos con un CRM estructurado). Evidente también la necesidad de introducir al cliente en un proceso analítico que nos permita, de manera predictiva, y gracias a la información enriquecida que podemos extrapolar tanto de sus relaciones con la marca (de ahí la necesidad de estructurar de manera correcta el CRM) como de sus interacciones (ya sean físicas, a través de la web, de nuestras comunidades online o de nuestros medios sociales) con nosotros, diseñar para él propuestas de valor específicas que fomenten su fidelidad. Y, por supuesto, evidente que el uso de herramientas cada vez más sofisticadas (y caras, bueno, o no: rentables creo que si se emplean bien casi seguro) para desarrollar de manera correcta las estrategias de la empresa basadas en datos, cada vez más fiables y completos, de los usuarios.

Lo que no me quedó del todo claro es hasta qué punto es un tema en el que nuestro mercado nacional crea (y piense en poner en marcha a corto plazo): mi experiencia me dice (tras muchísimas reuniones en los últimos años) que palabras como "CRM" aún suenan a chino en demasiados despachos de este país.




sábado, 21 de septiembre de 2013

Lo que no sé de Gamificación (II)

La vida está llena de pequeños percances: pequeños percances con el ordenador, pequeños percances con el coche... que, bueno, en ocasiones, te hacen detenerte un rato: un alto en el camino para reflexionar (que nunca está de más). Pero no podía dejar a medias este post en 2 partes, y menos cuando tanto Oscar García Pañella como Judit Izquierdo de IEBS se han mostrado tan amables conmigo, haciéndome llegar tanto la presentación como el vídeo completo del Webinar (que recomiendo ver: total son sólo una horita y veinte minutos de nada).



Cuando juego aprendo a gestionar mi tiempo, aprendo a gestionar mi frustración, aprendo a manejar nuevas situaciones, aprendo a delegar. Puse esta frase en mis perfiles sociales nada más terminar la sesión: me impacto. Y creo que es una gran realidad: y el probable secreto del éxito de la gamificación.

Pero, al igual que el RAMP (del que hablábamos en la primera parte), para que un proyecto de gamificación funcione correctamente también es fundamental definir el tipo de "jugadores": porque no todos los jugadores son iguales, y no a todos seremos capaces de captarlos de la misma manera. Podemos encontrar al jugador puro (que juega para alcanzar una recompensa), al socializador (que lo hace para relacionarse con otros), al espíritu libre (que juega para que su avatar sienta total autonomía, y él mismo al tiempo), el triunfador (que sólo juega para poder alcanzar el dominio del propio juego) o el filántropo (que necesita encontrar en el juego un propósito): para todos y cada uno de ellos podemos encontrar una estrategia de fidelización. 

Me picó mucho la curiosidad la mención que hizo Oscar acerca de los 8 placeres de LeBlanc: os dejo el enlace porque realmente merece la pena: www.8kindsoffun.com




No quisiera terminar sin dos apuntes que cualquiera que desee dedicarse a la gamificación debería tener en cuenta: en primer lugar los 4 ejes de la experiencia memorable, a saber: historia, estética, reglas de juego y tecnología. ¿Lo importante? Que cada uno de los 4 tiene la misma relevancia. Ninguno prevalece sobre el resto. 

En segundo lugar: el modelo de la hamburguesa: entre pan y pan ponemos el storytelling (vamos, la chicha, lo principal), encima de la historia pones la estética, un par de rodajas, o tres; después añades el transmedia (todos los medios en los que pasan las cosas), como si fueran unas hojas de lechuga, y como colofón, la gamificación: la magia que echas por encima, la "salsa" que da sabor a la hamburguesa...

Relevante: hay que invertir en Playtest (pruebas de desarrollo de los juegos). Son la base imprescindible para evitar el fracaso. Porque la gamificación no es barata. Lo que no significa que no sea rentable. Aunque hay que tener claro que no siempre se calcula el ROI de la misma manera: hay que calcularlo de manera diferente para cada proyecto. No es lo mismo marketing que recursos humanos o educación; la elección de los KPIs también influye: ventas, tiempo de navegación en mi web, generación de leads o cualesquiera parámetro importante para nuestro modelo de negocio.

Yo quisiera añadir que me parece muy interesante el potencial de la gamificación dentro de nuestras estrategias de Social Media. Hay todo un mundo por descubrir, sobre todo vinculado al desarrollo de comunidades verticales, dónde la gamificación nos puede ayudar a desarrollar una clasificación de usuarios por niveles atendiendo a sus aportaciones a la comunidad o sus habilidades.

Mañana más. O pasado.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Lo que no sé de Gamificación (I)

Tuve la suerte ayer de disfrutar (gracias a IEBS) de un interesantísimo Webinar sobre Gamificación impartido (para mi gusto de forma magistral) por Oscar García Pañella.




Era un tema que me interesaba desde hacía tiempo y sobre el que había leído mucho. Incluso asistí como oyente a algunos actos organizados por Anagam y tuve la suerte de sentarme a departir amigablemente (pero con intensidad) sobre el tema (y otros de forma tangencial, porque, recordamos: todo está conectado) con su presidente, Juan Carlos Lozano, una charla de la que confieso que salí con ganas de más.

¿Y qué se hace cuándo pasa eso?: pues que uno se pone las pilas y trata de aprender. Aparte de seguir leyendo busqué (empleando mi cuenta de Twitter, que gracias a... bueno, otro día hablaremos de eso) ese "algo más": y di con el Webinar de IEBS en el que me inscribí con los ojos cerrados. El webinar arrancó como se esperaba: con fuerza: y Oscar nos planteó la clase como si se tratara en sí misma de un juego (como diría mi admirado Raúl A. González: los ejemplos hacen que las cosas se vean más claras): ¿no es acaso la gamificación el acto de emplear mecánicas de juegos en actividades no lúdicas (en mi caso aprender sí es una actividad lúdica en sí misma, pero yo soy así: raro)? Conforme avanzáramos en los retos que nos proponía, podríamos desbloquear nuevos niveles de aprendizaje. Pero con humor: no en vano reconozco que me reí con una de las primeras frases de la presentación: "Si la gente estuviera influenciada por los videojuegos una inmensa cantidad de usuarios de Facebook serían granjeros; culpa a la naturaleza humana, no a los videojuegos". 

Ya más en materia, lo que me quedó meridianamente claro es que la gamificación es una gran oportunidad. El empleo de dinámicas de juego consigue que los usuarios se involucren, que se comprometan. Pero la gamificación, la buena, requiere de una serie de procesos, y también de unos conceptos claros que cimienten el desarrollo de las acciones. Tras dejar muy claro que esto no es (sólo) tecnología, que no se trata de vídeojuegos sino de "macedónia de pensamiento" (gran analogía) y premiarnos con un par de badges empezó lo bueno. Me pareció sumamente interesante la definición del acrónimo RAMP, acuñado por A. Marczewsky: déjame competir, déjame decidir, déjame ganar, déjame compartir. Pilar fundamental: estas cuatro cualidades de nuestros potenciales usuarios debemos tenerlas en nuestro diseño de gamificación: deseo de estar conectado, necesidad de autonomía, la búsqueda de la maestría y el interés por un objetivo, un propósito.
Las aplicaciones son muy diversas, dado que, en el fondo, trabajar es como jugar: porque jugar es resolver problemas. Y para jugar, ¿qué necesitamos?: ¡exacto!: necesitamos sorpresas
... porque lo realmente divertido es el placer con sorpresas. De hecho los juegos que más nos gustan son aquellos en los que cada vez que juegas es diferente, en los que cada partida, cada vez, es una sorpresa.

Para no resultar pesados, ¿qué tal si seguimos mañana? Tomadlo como la primera jugada de una partida, en la que también podéis mover vosotros... ¿cómo sigue el post? ¡A jugar!

martes, 17 de septiembre de 2013

El entramado del Digital PR (II)

Decíamos ayer... Ay: cuantas ganas tenía de usar esa frase...

Lo dejamos resumiendo de forma somera el estado pretérito (actual para algunos, por desgracia) del PR y tratando de entrever, de la manera sencilla en la que siempre trato de ver las cosas, hacia dónde, y en base a qué herramientas, podíamos avanzar en la evolución del Digital PR.

Para empezar tenemos el problema de la monitorización, la escucha. No podemos pretender "escuchar" de la misma manera. Si el objetivo sigue siendo localizar el "target" adecuado, adaptar el mensaje a ese "target", lanzar el mensaje y evaluar su alcance, es evidente que ya no nos resulta suficiente ni el conocimiento del mercado de los medios convencionales (qué también) ni herramientas estándar de escucha online (que sólo nos permitirían arañar la superficie; aunque en una primera fase de búsqueda de soportes pudieran ser útiles). Una vez que ubiquemos con claridad los medios digitales claves para nuestra estrategia de PR (los de toda la vida y la miríada de blogs que toque dependiendo de la temática en la que estemos enmarcados), esos que visitan los usuarios que nos interesa que sepan acerca de nosotros, nuestros productos y servicios, lo ideal sería programar una herramienta específica que controle tanto contenidos como comentarios en dichos soportes, ya no sólo en base a Keywords concretas (fundamental, pero insuficiente) sino también en función de la semántica para identificar hot topics, que nos ayudarán en gran medida a generar aquellos contenidos que nos van a permitir asociar las tendencias a nuestra marca (siempre que eso sea posible, que en mi modesta opinión ocurre más veces de las que pensamos), contenidos ya no basados sólo en lo que los propios blogs publican, también en lo que los usuarios comentan (en ocasiones mucho más relevante para nosotros). Pero no basta sólo con tener claros los soportes: también hay que tener claro quiénes son las personas detrás de los soportes: porque es muy probable que tengan perfiles sociales activos en paralelo a los perfiles de sus medios, y ahí tenemos otra vía para incidir en la relación con ellos a través de nuestros medios sociales y corporativos.

(Aparte: incidir en este momento en que la generación de esos contenidos basados en los hot topics localizados también para ser publicados dentro de nuestro blog corporativo, empleando los Keywords adecuados, también puede ser tremendamente beneficioso en términos de SEO; todo está conectado).

También en lo relativo a presentaciones, eventos y ruedas de prensa lo "digital" tiende a introducir cambios profundos. ¿Por qué invitar sólo a 50 personas cuando puedes invitar a 500 sin apenas incremento en los costes? Un streaming en directo de un acto, acompañado de una correcta estrategia en medios sociales puede multiplicar el impacto de forma exponencial, máxime cuando involucramos a los asistentes a participar también socialmente y a compartir sus propios puntos de vista vinculados a una única "conversación" social.

Y queda lo espinoso: medir. Eso, en las agencias de comunicación, desde siempre, se basaba en actividades de clipping (ya lo comentaba en la última entrega) que, si bien han crecido de forma exponencial en volumen tras la aparición en el panorama digital de una inmensidad de medios, han crecido aún más en importancia cualitativa, porque en internet cualquier marca puede aparecer asociada a mensajes inapropiados en cualquier momento. Tampoco es ya sencillo "cuantificar" (traducir a Euros la difusión de nuestra marca, al final es lo que van a usar para medirnos): aquí no hay unos baremos estándar: nadie dice cuánto cuesta una impresión de un tuit asociado a determinado hashtag en Twitter, ni es exacto (salvo que te lo diga el propio medio) el número de usuarios únicos que han accedido a un post (sí, hay truquillos, lo sabemos, pero no siempre se pueden poner en práctica) por lo que hay que tener algo de perspectiva y emplear la extrapolación de los datos que conocemos y los precios medios del mercado (CPM, por ejemplo) para obtener la deseada cifra.

Sé que no soy mucho de citas rimbombantes, ni de citar bibliografías interminables. Apenas aporto enfoque académico: pero trato de explicar lo que aplico, lo que creo que entiendo. Y lo hago de la manera más sencilla y amena que puedo. ¿He dicho ya que estoy abierto a opiniones y sugerencias?

lunes, 16 de septiembre de 2013

El entramado del Digital PR (I)

Mi querido Juan Moyano me consultaba la semana pasada acerca de información útil relativa al Digital PR. Daba la casualidad de que precisamente había tenido recientemente diversas charlas al respecto, todas ellas muy diferentes (en función del interlocutor que te toque la verdad es que el tema cambia, y mucho). Pero no pude evitar ponerme a pensar seriamente en ello: y me dije: ¡pero si ahora tienes un blog: desahógate!

El asunto es: vale, ¿y cómo hacemos ahora para combinar la estrategia que tenemos actualmente en medios sociales (habitualmente más vinculada a marketing, con KPIs decididos por marketing) con las acciones, llamémoslas clásicas, que venimos desarrollando en comunicación a través de nuestro departamento de prensa/comunicación/relaciones públicas? No hay respuesta sencilla: lo sé: llevo semanas intentado que me den una y no ha habido forma.

La teoría nos dice que Digital PR (o Interactive PR, que ya no tengo claro si son cosas distintas o la misma cosa) es combinar lo que entendíamos como PR tradicional con las herramientas interactivas con las que contamos hoy en día (medios sociales y blogs, principalmente) y transformar todo lo que antes era estático a través de los medios convencionales (el famoso mainstream) en conversaciones, más o menos directas, con la audiencia objetivo.

Antes (y simplificando mucho, que nadie se me ofenda que soy el primero en defender la labor que realiza una agencia de comunicación y su peso dentro de la estrategia de una empresa) querías hacer el lanzamiento de un producto o servicio y preparabas una nota de prensa, más o menos estándar. En base a esa nota, y en función de los medios a los que pensabas dirigirte, generabas varias versiones, adaptadas a cada uno de los soportes seleccionados (por su temática, segmentación, ubicación geográfica o cualesquiera factor diferenciador que entendieras de relevancia para tus fines y tus contenidos). Lanzabas la nota. Si eras profesional, te molestabas en llamar a los medios clave y les dabas la tabarra hasta que lo publicaban dentro de los plazos que te interesaba que la noticia en cuestión contara con difusión. Después era sencillo: recopilabas la información relativa al total de soportes que te habían publicado (ya fueran prensa, televisión, radio o internet) y evaluabas el impacto de tu lanzamiento en dichos medios, presuponiendo que cada aparición en los mismos tiene un precio, ya que pese a que una noticia no es lo mismo que un anuncio, sí ocupa tiempo en televisión y radio, y también espacio en prensa e internet... y ese tiempo y espacio suelen estar cuantificados en términos económicos. Lo solías hacer mediante una labor de clipping (recolección de apariciones de tu marca o producto en los medios). Evidentemente, tenías en cuenta si se trataba de una aparición positiva o negativa y estimabas el impacto adicional que aportaba el hecho de que, al tratarse de un contenido y no una mera inserción publicitaria, evitabas de algún modo a aversión del ciudadano medio a la publicidad.

En eventos, presentaciones y ruedas de prensa ocurría más o menos lo mismo (de nuevo, disculpas anticipadas: simplificando mucho, que conseguir una buena cobertura de un acto promocional no es nada sencillo): convocabas a un selecto grupo de medios, les hacía la pelota (con mayor o menor fortuna), ellos se hacían eco del sarao en cuestión y, de nuevo, el resto era sencillo: recopilabas información y medías el impacto.

Luego tenías "la otra pata": la reputación. Pero, claro, centrada en los mismos medios a los que, por un lado dabas la tabarra para publicar tus notas, pero por otro sabías con certeza que el departamento de publicidad de turno alimentaba con diversas campañas a lo largo del año. Es decir: tampoco precisabas de mucha sofisticación ni de potentísimas herramientas de escucha para estar al día. Conclusión: dentro de la complejidad y el tacto que siempre debemos mostrar ante una crisis reputacional, era relativamente sencillo reconducir en medios masivos los daños ocasionados por un resbalón o una mala nueva, al fin y al cabo: tampoco había tantos medios relevantes dónde poder sufrir un ataque, ¿no?

Pero eso era antes (hará unos años, tampoco tantos): ¿y ahora qué? Para empezar, los medios ya no son lo que eran. Ni en términos de cantidad ni de calidad. ¿Cómo se organizan las relaciones públicas de las marcas en los tiempos qué corren?, ¿qué factores se deben tener en cuenta?, ¿qué estrategias diferenciadas?, ¿qué herramientas?

¿Seguimos?

sábado, 14 de septiembre de 2013

Fomentemos el MusWorking

Sábado. Conozco gente que aborrece los sábados (bueno, también los hay raritos a los que no les gustan los lunes, nadie es perfecto). A mí personalmente (y, de manera alterna, por unos motivos u otros) son días que me resultan bastante simpáticos. Además, hoy disfrutaré de una sesión extraordinaria de Paintball (caramba, ¡cómo relaja eso!) lo que sin duda redunda en mi buen humor. O en una total y absoluta falta de criterio, que también.

A lo que iba, que empiezo a divagar y me conozco: el Mus. Confieso que no lo descubrí hasta la facultad. Fui el típico estudiante de ciencias que mataba los ratos entre clases en la cafetería (cuando en las cafeterías universitarias aún flotaba una densa nube de humo) dirimiendo entre envidar o no a la chica (sí, todos conocemos el dicho: "Jugador de chica, perdedor de Mus", pero yo era joven e inexperto, qué le voy a hacer). Las partidas de Mus siempre me parecieron el entorno ideal para conocer a la gente (pero conocerla, de verdad: cómo mienten, cómo tratan de disimular una situación ventajosa, cómo se comunican con sus compañeros, cómo evalúan una situación de riesgo o cómo se enfrentan a ella). Aunque también para charlar de forma distendida.

En los tiempos que corren (nos hemos vuelto todos un poco locos, o tal vez un pelín "hipsters", en su acepción menos conflictiva de alternativos o bohemios) no dejan de sorprenderme las extrañas maneras en las que fomentamos el networking (me encanta ese concepto: aunque, para algunos no sea mucho más que potenciar el crecimiento de nuestra agenda de contactos profesionales con objetivos más o menos comerciales, yo opino que, en realidad, es bastante más: es generar tormentas de ideas espontáneas, es compartir conocimiento de manera altruista, es hacer castillos en el aire a sabiendas de que estás rodeado de gente capaz de dibujarlos e, incluso, construirlos). He visto sesiones de "BeerWorking", de "GinWorking",... ¡cielos: hasta de "BeachWorking"! Pero nunca una de "MusWorking" (hasta donde yo sé: por favor si alguno de los pocos que me leéis sabéis de alguna, no dejéis de avisarme). Y eso no deja de extrañarme. Porque pocos juegos como el Mus pueden fomentar lo que yo entendería como auténtico networking: alianzas personales y corporativas que pudieran desembocar en una sinergia empresarial beneficiosa.

Sé que puede sonar pretencioso, o absurdo, o ambas cosas entremezcladas y combinadas con una pizquita de locura, pero desde este modesto púlpito os invito a todos a ayudarme a fomentar el #MusWorking. Aunque sólo sea porque es sábado.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Lo que aprendí en el Digital Business Summit

Ayer tuve la suerte de asistir al primer Digital Business Summit que organizaba ICEMD. Fue una de esas experiencias enriquecedoras, en las que terminas aprendiendo más de lo que esperabas. De las que te hacen pensar. Retos, oportunidades. Consejos. Ideas. Cada uno de los ponentes expuso, y de manera concisa además, su punto de vista particular acerca de lo que, para ellos, significaba el "digital business", lo que suponía para el mundo empresarial presente y futuro, y en qué nos afectaba esa realidad. Lo primero que me hizo reflexionar fue la presentación del acto por parte de Joost Van Nisten: el negocio digital, afirmaba, es algo más que ecommerce, más que social media, más que vídeo online, más que publicidad, más que tecnología: es un compendio transversal de múltiples disciplinas. Me acordé de lo que escribí el otro día acerca del "humanismo 2.0". Y me di cuenta de que, en realidad, había asistido al foro adecuado. Uno tras otro fueron dejando pequeñas, pero relevantes, perlas de sabiduría.

Susana Andujar, eShop Manager de Orange, insistía en que uno de los mayores desafíos de esta nueva era lo suponía sin duda la multicanalidad. Y añadió un consejo en el que no puedo estar más de acuerdo (ya que, yo mismo, intento ponerlo en práctica desde mi incorporación al mundo digital, dada mi dilatada historia profesional en el mundo de la prensa): hay que fomentar la convivencia entre el mundo online y el mundo offline: no son entes independientes, sino un único todo, aunque en ocasiones perdamos el foco y tratemos de enfocarlos como si se trataran de realidades paralelas.

También la intervención de Enrique Flores Calderón, el CEO de Verti desde la pasada primavera, cuajó una actuación excelente, pese a que su enfoque fue muy distinto. Al contrario que yo, él inició su carrera en el mundo online y ha tenido que reaprender todo lo relativo al marketing no digital para tener una visión global, muy necesaria en el cargo que desempeña. Para él, los retos eran otros: empezando por el "Big Data" (y es cierto que lo digital nos ha traído un exceso de información que, en ocasiones, se convierte más en problema que en solución por la dificultad que entraña el tratamiento analítica de ingentes cantidades de datos. No podemos olvidar que ahora prima un correcto análisis de las fuentes, tanto endógenas como exógenas, ni la relevancia de la información sobre la opinión), el "multitasking" (el sentido que empieza a tener, y ahora sí, planificar en 360º, adaptar cada estrategia de comunicación a cada medio) y el "mobile" (insistía Enrique: "no hay que hacer una web responsiva, o adaptar del PC al móvil, sino lo contrario: hay que empezar a pensar desde el móvil, y a lo sumo hacer una adaptación al PC"; me llegó al alma). Dejó, asimismo, una de esas frases que se te graban a fuego: "Equivócate rápido y barato".

Susana Voces, de EBay, fue muy breve. Y muy concisa. "La oportunidad es la innovación". Quizás porque es muy complicado estar a la par de lo que los consumidores demandan (cada vez más, y más deprisa). Pero, si innovar es caro (que, en ocasiones, sí que lo es), apuntó hacia la búsqueda de socios adecuados para ello, con un objetivo claro: tampoco podemos perder de vista qué es y qué hace nuestra empresa. Uno de los retos de Susana era la "globalización". E hizo una observación que, pese a que en frío tenía hasta su gracia (recuerdo haberme reído para mis adentros cuando la espetó ayer) si la analizas con detalle lo que da es miedo: hoy por hoy es mucho más sencillo que hace unos año (la tecnología lo permite) hacer llegar nuestra idea o nuestro producto a cualquier rincón del planeta. Eso es bueno. Pero no debemos olvidar que para el resto del planeta es casi igual de sencillo (e incluso puede que más en algunos casos) llegar a nuestro país: nuestra competencia ya no está sólo en nuestro entorno geográfica, nuestra competencia también es global.

Quisiera hacer una mención especial para la intervención de Rodolfo Carpintier: en el futuro, las empresas serán digitales o desaparecerán. ¿Suena duro, verdad? Pero aportó una serie de datos e ideas de gran interés. Si bien es posible que los archiconocidos "Emprendedores" puedan llegar a generar unos 300.000 puestos de trabajo en los próximos años, estos no suficientes con 5 millones de parados. Y a veces olvidamos que en España existe un ecosistema de alrededor de 1,5 millones de PYMES: si la tercera parte de ellas se reconvirtieran a empresas digitales, la generación de empleo resultante podría rondar los 2,5 a 4 millones de puestos de trabajo. ¿Exceso de optimismo? Bueno, tal vez. Tal vez no. Aunque, claro, después de la zanahoria no dudó en sacar el palo: sí me creo (para mi desgracia) su afirmación de que el empleo para toda la vida ya no existe. Como contrapeso cada uno deberá manejar su talento y hacer con él lo que le guste: las oportunidades que ofrece el autoempleo son inacabables (y tengo ejemplos cercanos que así lo demuestran). Hay que modernizar y hacer eficaces nuestras PYMEs. Una empresa debe de estar preparada, por pequeña que sea, para trabajar en 7 u 8 países. Y debe saber utilizar las herramientas de internet en beneficio propio: internet es un mercado de "muchos pocos" (la famosísima "long tail", de la que tantos hablan). Para mi gusto dejó un par de frases para el recuerdo: "Una landing page es como el green en el golf: hay que entender como funciona para poder embocar a la primera" y "Los empleados no quieren un jefe que mande, quieren un jefe que motive: hay que mejorar la gestión del talento. Cada vez es más importante generar envoltorios digitales que hagan nuestra empresa amena y accesible".

Para terminar (porque esto ya pasa de largo de los dos minutos) os dejo la presentación de la ponencia de José Luis Ferrero, Senior Manager ECommerce Business Development (puf, qué largo), en Philips: disfrutadla: al final, la economía digital no es más que economía, sólo que con un mayor peso tecnológico. Todo cambia, pero todo sigue igual.

martes, 10 de septiembre de 2013

El Renacimiento

Siempre quise ser un hombre del renacimiento. Uno de esos superdotados, capaces de abarcar múltiples disciplinas y hacerlo con solvencia, sin menoscabar la calidad de su desempeño. En la actualidad, y en mi modesta opinión, algunos perfiles profesionales vinculados al entorno digital se están transformando en auténticos renacentistas: porque todo, cada día más, está interconectado y ya no se concibe Social Media sin SEO o sin contenidos o sin vídeo online, o sin geolocalización o sin CRM o sin... Lo cierto es que había dejado mi blog absolutamente abandonado. De acuerdo: colaboraba con algunos posts en blogs de amigos y conocidos, escribiendo posts muy concretos sobre temáticas aún más concretas. Pero yo no soy concreto. No lo soy. Ni aunque quisiera. Soy difuso. Y cada día más. Y para dar rienda suelta a mis instintos me he visto obligado a plantearme seriamente volver a escribir en un espacio propio. Pensé: "puedo recuperar mi cuenta de Wordpress". Pero luego me dije: "no, no había nada allí en todo caso, más que borradores incompletos". Entonces vi un comentario en uno de los posts antiguos de este oxidado blog. Lo contesté. Y me puse a hacer dos o tres cambios (sin entrar en excesos: no soy bloguero, ni diseñador, ni muchas otras cosas por desgracia): empezando por el título. Historia de dos minutos, o menos si es factible, aunque puede que sean más a veces: si bien creo que hasta 11 minutos los seres humanos podemos mantener la atención en algo concreto (al menos a partir de cierta edad a la que yo, por desgracia, no sé si he llegado aún), no es bueno tentar a la suerte, y menos si quieres que alguien llegue hasta el final de un texto, TU texto, en internet. Por eso, y aunque me pese, me he propuesto redactar piezas (y puede que vídeos en un futuro próximo, que eso de tener un vídeoblog me llama la atención) que no requieran más que eso: dos minutos. Empezando por ésta. No esperéis dogmas ni clases magistrales: sólo algo de eclecticismo y mucha opinión: sólo quiero aprender, pero se aprende haciendo las cosas, no mirándolas. Así que escucharé todas las sugerencias que queráis compartir conmigo. Incluso las más dolorosas.