Lo cierto es que el mundo es un pañuelo. Había oído hablar
hace unas semanas de una nueva aplicación móvil que permitía dejar pequeñas
cápsulas del tiempo para recordar a las generaciones venideras momentos
importantes de nuestras vidas (jo, como en las películas americanas: ¿por qué
aquí no hacíamos esas cosas?).
Conceptualmente me resultó de lo más interesante. ¿Lo más curioso? ¡Qué uno de los socios que
habían hecho realidad el proyecto (con poco dinero y mucha ilusión, ¡qué no se
diga que en España no tenemos talento!) era el marido de una compañera de clase
de hace más de 20 años! Por cierto, desde aquí mi enhorabuena a Jesús Castells: ya se la he dado personalmente, pero nunca está de más. Es duro emprender en España.
No quiero decir que de no ser así no hubiera escrito sobre
RecMemberMe: pero, claro, lo hubiera hecho con mucha menos ilusión (es algo muy
nuestro eso de ponernos contentos por los éxitos de quienes nos resultan
cercanos).
Todo hay que decirlo: la
aplicación no puede ser más sencilla (y se agradece): tras el habitual, y
necesario, registro (que puede ser social a través de Twitter o Facebook; ojo:
los textos e imágenes encapsulados son privados, es decir no compartes sus
derechos, lo que es bueno, y se alojan en servidores seguros, es bueno saber
que aún queda algo de confidencialidad en el mundo) seleccionas
una plantilla de envío (hay diversas opciones gratuitas, aunque también puedes
decidirte por plantillas “de pago”, algo más sofisticadas), introduces la foto,
el título y el texto, incluyes un destinatario (si no tiene email, la
aplicación te manda un recordatorio para que lo incluyas más adelante; además,
curiosidad: se comprometen a mantener actualizadas las formas de comunicación
futuras, ¡menudo riesgo!) y decides cuándo quieres que el destinatario reciba
el mensaje (año, mes, día y hasta hora; eso sí: sólo garantizan el servicio
durante los próximos 100 años: ¡esperamos que sean suficientes!).
Evidentemente, lo puedes compartir (por ahora, al igual que con el login, sólo
en Facebook y Twitter; a ver si se animan e incluyen Google+), aunque bueno,
entiendo que tampoco es el objetivo de la aplicación. Otra funcionalidad
interesante es la posibilidad de crear un mapa de recuerdos (si las imágenes
están geoetiquetadas, una opción que no todos tenemos activada en nuestros
smartphones).
Por ponerle pegas: una vez enviado el Recmember no lo puedes modificar
(cuidadín con eso, que te puede jugar una mala pasada, ¿quién no ha deseado
borrar un recuerdo alguna vez?).
Y, ¿los vídeos? Bueno, para mandar vídeos hay que plantearse pasar por
caja y darse de alta como usuario Premium. No es caro. Y me parece un
interesante modelo de negocio (a combinar con otras fórmulas de monetización,
como la publicidad). Al final las imágenes se van quedando cortas y la opción
del vídeo (aunque no permite piezas largas más allá del minuto y medio) seguro
que será una baza a tener en cuenta. ¿Preparados
para dejar un testimonio a las generaciones venideras?
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