Voy a hacer algo que está mal, bueno, tampoco mal, mal: lo único es que no es todo lo académico y serio que debiera: divagar. Aunque, claro, en realidad, tampoco es algo tan infrecuente. Y menos en determinados sectores. En ocasiones es muy necesario esto de divagar. Permite, por un lado, aclarar las ideas; pero, por otro, enfrentarte al hecho de lo poco que sabes sobre lo que sabes. Otras veces, cuando el que divaga te cobra por horas no deja de ser un enorme fastidio.
En lugar de hablar directamente de "medios sociales" (no me gusta el término "redes", porque asumo que un blog, un foro o un agregador de contenidos también son sociales, aunque no tengan estructura de red ni de comunidad, de ahí que siempre me quede con la acepción en inglés, Social Media; además suena mucho más cool y se puede declinar con estilo: Social Media Marketing, Social Media Strategy...) voy a contar una anécdota de ayer mismo (sin ir más lejos), a colación de uno de esos hashtags que hacen temblar a más de uno (#FraudeCM) y a otros nos permiten echar unas risas.
No sé si influido por el aluvión de mensajes cruzados (sobre todo en Twitter, aunque termino afectando a otros entornos), un conocido me llamó ayer noche. Lo cierto es que no sé por qué a mí, porque: ¿y qué sé yo de comunicación o marketing o llámalo X en Social Media?: en lo que a mí concierne bien podría definirse la comunicación en Social Media como misterio misterioso (si hablamos ya de marketing apaga y vámonos) englobado dentro del campo del marketing digital (entendiendo marketing digital como ente difuso) del que todos hablan, que todos venden y que nadie sabe qué es (digna entrada de la "Jordipedia"; cielos: ¿alguna habéis leído la definición de Wikipedia al respecto?: ¡cuánto daño ha hecho internet!). Es como todo en la vida: depende de para quién.
El caso es que este conocido estaba dispuesto a realizar un programa o máster o curso o algo sobre marketing en redes sociales y community management. Pero tenía cierto miedo (y no me extraña): por un lado, porque no hablamos de desembolsos pequeños (bueno, de todo hay); por otro por la mala imagen que en los últimos tiempos se ha generado acerca de la formación en estos campos (y en otros casi igual de peregrinos). Yo le explicaba que un "medio social" no es más que un medio que se alimenta de los contenidos de sus usuarios. Que las posibilidades, las estrategias y los puntos de vista son tantos y tan variados que lo mismo valen todos que ninguno. Que antes de lanzarse por el mero afán de engordar el currículo a cursos sin ton ni son se empapara bien de toda la información que se encuentra de forma gratuita (sí, y en muchos casos gracias a blogueros muy amables que dedican su tiempo y sus ganas a su pasión: compartir sus conocimientos o los conocimientos de terceros adaptados e incluso medio digeridos). Como daba la casualidad de que ambos estábamos conectados en ese instante (aunque gastábamos alegremente nuestro dinero en teléfono, con lo chulos que hubiéramos quedado haciendo un HangOut o un Skype) le mandé el enlace a este vídeo:
Y, como no me quedé contento, le hice llegar el link al resultado que arroja Slideshare a la búsqueda "Estrategia Social Media Marketing" (apenas 180.646 documentos de nada): como notaba al otro lado del aparato que se estaba mareando, decidí contárselo con mis propias palabras: "Esto del Social Media no tiene mayor misterio: en el fondo no es más que terminología, metodología, métricas adecuadas y sentido común. Lo que necesitas son objetivos claros (los marca el cliente), una estrategia adecuada a dichos objetivos (que no es más que una cuestión muchas veces de prueba y error: y si no te sale, basta con que le preguntes a cualquier señor que se haya equivocado más veces que tú) y una correcta planificación, tanto en términos de contenidos (editorial) como de KPIs (reporting), sumado a una dosis relevante de SENSATEZ". "Pero, ¿para qué sirve?", me replicó. Ni lo pensé, me surgió tan natural que hasta me planteé ponerme a dar clases: "Sirve para lo que el cliente quiera que sirva: si el cliente quiere notoriedad, aporta notoriedad; si el cliente quiere vender, le ayuda a vender; si lo que te demanda es generación de leads, los puede generar, y muy buenos; los medios sociales no son más que eso: medios. Los fines los elige quien paga".
Le escuché respirar profundamente. No sé si hará o no el curso de marras. Tampoco si nuestra charla le sirvió finalmente para algo. Si sé que a mí me hizo pensar seriamente hacia dónde vamos.
Un pequeño espacio de reflexión y aprendizaje para compartir, aunque sea de dos en dos minutos, con aquellos que sientan curiosidad por el mundo de la publicidad, los medios sociales y, en general, el panorama digital en España. Y, por qué no, dejar caer mis pensamientos de cuando en cuando.
Busca en este blog
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Espero que tu amigo no caiga en el lado oscuro del social media pagando un curso a precio de oro, que posiblemente no le sirva para sus objetivos. Buen post.
ResponderEliminarGracias, José Luis. Eso mismo espero yo: hay mucho por hacer en este sector, mucho que demostrar. Debemos esforzarnos por hacerlo medianamente bien.
EliminarSimplemente has llegado al punto, los objetivos son lo principal a social media, después de ellos sigue el crear el método con el cual llegaras a esos objetivos.
ResponderEliminarY eso es en todos los países, objetivos, métricas, diseño de estrategia orientada a los objetivos y sentido común es la verdad.
Este es sin lugar a dudas el mejor post que e leído desde que inicio #fraudecm, es muy constructivo.
Gracias por la información, y Saludos desde El Salvador
Me alegra que te guste y lo compartas, Mario. Un abrazo fuerte...
Eliminar